Todo empieza a agravarse con las políticas, o con la no-política que lleva adelante el Gobierno de Javier Milei.
Me refiero, por ejemplo, al siniestro de la línea de trenes San Martín en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires este viernes, tras un robo de cables de la señalética que nunca se repuso.
Lo mismo podemos decir sobre la Ruta 11, una de las arterias más importantes que cruza la Provincia de Santa Fe. Su estado es criminal. ¿Culpa de Milei? No. ¿Se está agravando por Milei? Sí.
Los gobiernos de distintos signos políticos hicieron poco y nada por la Ruta 11, que es nacional. Comenzó a agravarse durante la gestión de Mauricio Macri, al levantar los peajes y dejarla sin mantenimiento, ni siquiera para cortar el pasto de las banquinas. Durante el Gobierno de Alberto Fernández, tampoco se hizo nada. Hoy, la Ruta 11 no aguanta más.
Los santafesinos y santotomesinos nos quedamos sin el Puente Carretero. Hay que remontarse a 2007, cuando el Gobernador era Jorge Obeid y el Presidente, Néstor Kirchner. Allí, como contrapartida a la inversión provincial en la Ruta Nacional 19, Kirchner prometió un nuevo puente entre Santa Fe – Santo Tomé. No sucedió, ni en ese Gobierno, ni en todos los siguientes. Su estado se fue deteriorando, lógicamente.
¿Cómo estamos hoy? Con el Puente roto, sin poder utilizarlo, con dos ciudades separadas. ¿Y qué privado va a venir a arreglarlo, a hacer alguno nuevo?
¿Los arreglos en la Ruta 11 lo van a hacer los privados?
No pasa en ningún lugar del mundo. Si estamos en un experimento, perfecto. Desde ya, aviso, que ese experimento nos va a dejar sin rutas, sin puentes, sin obra pública de ningún tipo. Sin transporte público. Sin Estado.
Algo que no sucede en ningún país, en ninguna latitud. Es, al menos, un llamado a la reflexión.
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