Mucho ruido trajo el video que publicó el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Una puesta en escena grandilocuente que fue muy aplaudida en Argentina, por mucha gente que, se entiende, está cansada de los robos, de las balaceras, de las mafias, de la guerra narco.
Entendible. El hartazgo. Pero quiero señalar los riesgos que conlleva hacer bukelismo.
¿Aplicar este método en Argentina? Se habla, en El Salvador, de 40 mil detenidos, muchos de ellos por fuera de los parámetros legales.
Algunos, simplemente encerrados por su apariencia física. O por ser «amigos de». O por «andar con». ¿Acaso no chupaban en nuestro país bajo estos parámetros?
¿Aprendimos algo? Ahora que está de moda la película Argentina 1985. ¿No dijimos Nunca Más?
Es un riesgo siempre que el Estado se maneje por fuera de la Ley. ¿Me jode la inseguridad? Sí. Muchisimo. Por supuesto. ¿Esto significa que quiero superpoderes para las Fuerzas de Seguridad? No.
Y los Derechos Humanos, por otra parte, no son una defensa de los delincuentes. Yo no defiendo a ningún chorro ni asesino: lo que quiero para ellos es un juicio justo y condena.
Ojo con el bukelismo. Que quiere aplicar Patricia Bullrich. ¿Militarizar Rosario? ¿En serio? ¿No aprendimos de Colombia o México? ¿No suelen penetrar las propias mafias dentro de las Fuerzas?
No me gusta nada. Ni lo que está sucediendo, ni las propuestas de salida fácil que afloran.
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